El consejero delegado de Disney, Bob Iger, lanzó hoy una clara advertencia a la industria cinematográfica señalando que el negocio "está cambiando ante nuestros ojos" después de un año turbulento en el que los estudios se han visto forzados a examinar su modelo de negocio.
En una entrevista al rotativo 'Financial Times', Iger destacó que las ventas de DVDs, que lideraron los ingresos de los grandes estudios la pasada década, se han desplomado y no han logrado ser reemplazadas por las plataformas de distribución digital.
Por lo tanto, es la hora de realizar los cambios necesarios para adaptarse. "Si no nos adaptamos a los cambios no habrá negocio, esta es mi exhortación a mi equipo", destacó el ejecutivo.
Iger llamó a un replateamiento de los costes asociados con el marketing y la producción de las películas. La solución, explicó, pasa por "investigación, desarrollo, toma de riesgos" y en un enfoque real en el cambio de 'status quo'.
El próximo mes, Disney planea el lanzamiento de su nueva tecnología Keychest, que permite copias digitales de películas que permitirá su distribución a través de otras plataformas, como smartphones, y los juegos de consolas como la Xbox de Microsoft.
Además, Iger ha fortalecido la división cinematográfica de Disney a través del nombramiento de Rich Ross, responsable de los éxitos televisivos Hanna Montana y High School Musicals, dos de las franquicias Disney más rentables.
Por otro lado, el diario recuerda la reciente adquisición por parte de Disney del grupo Marvel, lo que de dará acceso a una nutrida cartera de superhéroes muy populares entre el público masculino.
Disney ha recortado empleos y reducido producción es su marca Miramax, además de firmar un acuerdo de distribución con los estudios Dream Works de Spielberg para limitar su exposición a las producciones más costosas y, de paso, acceder a las películas de uno de los directores más rentables de Hollywood.
Por otro lado, intensifica sus esfuerzos de distribución internacional y lanzará esta misma semana Book of Masters, filme pensado para la audiencia rusa, país que cuenta con uno de los mercados cinematográficos de más rápido crecimiento.
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