sábado, 23 de febrero de 2008

X-MEN : VEREDICTO A SUS JUGUETES.

La jueza norteamericana Judith Brazilay pasó los últimos seis meses del año pasado sentada frente a un profesor telepático y una banda de mutantes, tratando de responder una de las preguntas más antiguas y más actuales de la humanidad: ¿qué es ser humano? En su despacho ubicado en la Corte de Comercio Internacional, con sede en Nueva York, la jueza examinó, uno por uno, al Profesor X y a su banda de X-Men, todos perfectos muñequitos de plástico en el centro de una batalla que ya lleva seis años entre sus fabricantes, Marvel Enterprises Inc., y la Aduana norteamericana. Su fallo ha despertado la ira de los fans de la Marvel y de muchos de sus guionistas, así como echa sal en los debates abiertos por la decodificación genética y los inminentes nacimientos de clones anunciados en los últimos días. Los Hombres X, esos paladines contra el prejuicio que han jurado proteger un mundo que los odia y les teme, no son humanos, según decretó la jueza Brazilay el último 3 de enero. Así como tampoco lo son los villanos que se enfrentan al Hombre Araña y a los Cuatro Fantásticos. Son, en cambio, "criaturas no humanas". De este modo, Toy Biz Inc., una subsidiaria de la Marvel, finalmente consiguió el fallo por el que venia presionando, con el objetivo de beneficiarse de una carga impositiva menor para los muñecos que importa de China desde mediados de los '90. El centro del dilema es que las tarifas aduaneras gravan con una tasa mayor a las muñecas que a los juguetes. Y de acuerdo con el código tarifario norteamericano, los muñequitos con apariencia humana entran en la categoría "muñecas'', mientras que los muñequitos con apariencia de animales o criaturas, como monstruos o robots, entran a la categoría "juguetes". Chuck Austen, conocido escritor de la serie de cómics "Uncanny X-Men", tampoco lo puede creer. Desde hace un año, dice, pone todo su esfuerzo en resaltar la humanidad de sus personajes, y demostrar que son "apenas un nuevo estadio en la cadena evolutiva". La editorial Marvel para la que trabaja, por su parte, ha emitido el siguiente comunicado: "No desesperen, nuestros héroes son seres humanos que viven y respiran, pero son seres humanos con habilidades extraordinarias. La conclusión de que nuestros muñecos poseen características 'no humanas' sólo corrobora que los personajes tienen poderes fuera de este mundo". Los X-Men, vale recordar, marcaron la historia de las historietas desde el momento mismo de su aparición, en 1963, como una banda de mutantes de buen corazón organizados alrededor de su mentor, el Profesor Charles Xavier, confinado a una silla de ruedas, para proteger a la humanidad, a pesar del temor y el desprecio de los humanos. Esto, por supuesto, los erigió en paladines contra el racismo y la intolerancia. En 1996, Toy Biz demandó a la Aduana en la Corte de Comercio Internacional, que dirime disputas entre empresas norteamericanas y el gobierno. Toy Biz exigía que se clasificara a sus muñequitos como "juguetes" en lugar de "muñecas". La Aduana, por su parte, insistía en que se trataba de muñecas, y por lo tanto sujetas a cargas impositivas por un 12%, en vez del 6,8% que gravaba por esos años a los juguetes. Actualmente, ambos impuestos han sido eliminados.Para sopesar la cuestión, la jueza Barzilay se sentó con sendas justificaciones legales y más de 60 muñequitos, incluyendo a Wolverine, Storm, Rogue y Bonebreaker. Para Toy Biz, sus personajes "exponen por sí solos su status de criaturas no humanas". Si no, argumenta la empresa, ¿cómo podrían tener tentáculos, garras, alas o miembros robóticos? El gobierno norteamericano, en cambio, se mostró más sensible a la condición de los muñecos. Cada personaje demuestra tener "una personalidad individual y distintiva", argumentó el equipo legal de Washington. Algunos son rusos, japonenes, negros, blancos, mujeres, incluso discapacitados. Wolverine, insistió el gobierno, es apenas "un hombre con prótesis en las manos". Y poco más se sabe de las argumentaciones. La empresa apenas emitió el comunicado a los fans y los abogados del Departamento de Justicia se negaron a atender los llamados de la prensa y de ofrecer mayores explicaciones. La jueza Barzilay a través de un vocero, dijo que dejaría que su fallo hable por ella. Aunque aclaró que sometió a cada uno de los muñecos a "un examen exhaustivo", que incluyó, más de una vez, "la remoción de las ropas del muñeco".A falta de jurisprudencia en el tema, la jueza apeló a personajes similares del cómic y la animación. Juzgar la naturaleza de los personajes de Los Cuatro Fantásticos y El Hombre Araña, confesó la jueza, resultó lo más complicado del caso. Al parecer, Barzilay peleó a brazo partido con Kraven, un célebre cazador que alguna vez supo atrapar al Hombre Araña gracias a la fuerza adquirida por un elixir secreto. Según ella, Kraven exhibe "una masa muscular exageradamente desarrollada en brazos y piernas, además de un pecho de león". Ambas características, ayudaron a relegarlo, en la mente de la jueza, al submundo de robots, monstruos y demonios. Pero el caso más difícil, confesó, fue el del Hombre de Piedra (la Cosa), uno de Los Cuatro Fantásticos. La jueza lo encontró "robusto, fornido", con "exageradas facciones de Troll" y una piel extremadamente pálida; es decir, las características de alguien que vive bajo tierra. Conclusión: para la justicia, el `Hombre de Piedra´ es más piedra que hombre. Concluido esto, y tras largas y sesudas sesiones, la magistrada concluyó que los X-Men son mutantes que "utilizan sus poderes extraordinarios y artificiales para alinearse con el Bien o con el Mal". Como ejemplo, señaló el modo en que Storm "puede conjurar tormentas a voluntad", mientras Pyro posee "una habilidad mutante para controlar las llamas". Ergo, los X-Men son "algo diferente a los humanos". Y caso cerrado.
Escrito por Héctor Augusto Sovero Gastañeta.
hasg7@yahoo.es

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